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RENOVACIÓN EL 2020 NO ES CUALQUIER AÑO

RENOVACIÓN EL 2020 NO ES CUALQUIER AÑO

By Gabriel Salas

En esta ocasión no es fácil decir el año que concluye, porque el 2020 no es cualquier año. Este
año vino a cambiar al mundo, en sentimientos, emociones, costumbres y relaciones, entre
otras muchas cosas más.

Iniciamos con incertidumbre, pero luego
de tres meses, el golpe fue muy duro, ya
que el “quédate en casa” nos conmovió a
todos. Habíamos olvidado la convivencia
en casa y la habíamos cambiado por la
sana alegría de las calles, los cafés, los
restaurantes y los antros.

Esa necesidad de convivencia, ese instinto
gregario del ser humano se coartó
y nos quedamos estupefactos ante las
consecuencias: crisis familiar, golpes, insultos,
separaciones, vejaciones; por otro
lado, amor, cariño, convivencia, ternura, y
mucho más.

El desayuno en casa regresó para que
la convivencia familiar iniciara de forma
agradable. Las charlas de café se acabaron
para desayunar en forma y con ello
desestabilizar la báscula y las emociones
de los integrantes del hogar.

Muchas de las empresas tuvieron que cerrar
sus puertas con las consabidas consecuencias
de pérdida en la economía:
una caída de más del 16% en el Producto
Interno Bruto, dato que no se registraba
en las estadísticas oficiales desde que
se tiene memoria. La contracción de la
economía dejó en el desempleo a millones
de mexicanos que tuvieron que salir
a las calles a buscar el sustento para sus
familias. Todo un caos económico que
vivimos, porque así fue, y ustedes y yo
seguimos de pie.

Entonces surgió la gran pregunta:
¿Qué hacer? Cuando estamos en
etapa de crisis la alternativa es
seguir viviendo, porque implica
avanzar, desconcierto, miedo, rabia
por lo que nos sucede o por lo que
pretendemos que otros hagan y
no pasa así. Este año 2020 hemos
vivido un duelo generalizado, hemos
perdido el empleo, la empresa,
pero lo más doloroso, algunos seres
queridos han perdido la batalla.

Aquel plan de vida que teníamos
cambió totalmente, en muchos casos
para mal, pero en otros tantos
para bien. Hagamos un recuento de
lo que hemos aprendido a valorar
en el año 2020, de aquello que habíamos
olvidado o que le teníamos
un valor inferior en nuestra tabla de
vida.

El año 2020 nos obligó a reaprender.
Ahora tenemos claro que lo
más importante es nuestra familia.
Nos ha quedado claro que nuestros
amigos son pocos, pero que siempre
están allí, aunque no podamos
abrazarnos. Hemos comprendido
que la sana distancia se mide en
metros, mientras que el distanciamiento
implica emociones y
sentimientos negativos que somos
capaces de solventar con una conversación
simple y sincera.

En síntesis, el 2020 nos enseñó a
ser resilientes, que es la capacidad
humana de asumir con flexibilidad
situaciones al límite y sobreponerse
a ellas. Este concepto psicológico
nos recuerda que los seres humanos
somos los únicos que tenemos
la capacidad de razonar y es por
ello que estamos aquí y hemos
sobrevivido a cualquier otra especie
sobre la tierra. Y estamos aquí gracias
a los problemas y no a pesar
de ellos.

Les invito a que reflexionemos sobre
lo bueno que nos ha dejado el
año 2020, ya que marcará un antes
y un después en nuestras vidas.
Recordemos que Navidad significa
el acto de nacer. Es la fecha en que
la familia se llena de amor para
compartir.

Finalmente, les comparto una frase
de Ouka Leele, poeta, escritora
pintora y fotógrafa española, quien
afirma que “el valor está en la renovación,
en volver a mirar con los
ojos limpios y puros”. ¡Hagámoslo
en familia!