Chiquis y Chata Gutiérrez
La Sra. Chiquis es madre de tres hijos y abuela de ocho nietos. La Sra. Chata es madre de cuatro hijos, abuela de tres nietos y otro en camino. Provenientes de una familia amplia, de nueve hermanos, ellas son las más pequeñas. Desde siempre grandes empresarias ya que traen en la sangre el lado comerciante de padre y la calidez humana y la creatividad de su madre.
No hay duranguense que no conozca una Pastelería Monchys, ya sea por un cumpleaños, alguna reunión familiar o eventos sociales, un pastel siempre es el postre perfecto. Estas dos grandes mujeres hicieron de un pequeño proyecto un gran negocio.
Chata Gutiérrez: De una manera informal hace treinta años se abrió la primera tienda ubicada frente a la iglesia de Fátima. Hacíamos los pasteles en los hornos de la casa, en la cocina batíamos y embetunábamos, y ya en la tienda de Fátima los vendíamos al público.
La rosca de piña, la rosca de chocolate y el pastel alemán eran, y yo creo que siguen siendo los favoritos de la gente.
Chiquis Gutiérrez: Las recetas eran parte de la familia, ya que mi mamá era quien preparaba los pasteles, y de ahí nosotras aprendimos. Y no es la receta, es el entusiasmo que le pongas al cocinarlo, A la fecha Eduardo mi hijo, me pide que le elabore algunos pasteles en casa, luego él se los lleva a la empresa para compararlos con los pasteles que allá se elaboran y seguir asegurando que no exista ninguna variación en la calidad.
Chata Gutiérrez: Se necesita el toque y la experiencia para poder ajustar una receta en grandes cantidades, no es solo multiplicar los ingredientes. Sumando siempre la constancia y perseverancia que le hemos puesto a cada proceso.
Sumando siempre la constancia y la perseverancia que le han puesto a cada proceso y a cada paso de su vida, el crecimiento de Monchys aumenta día con día
Chata Gutiérrez: En la primera sucursal de Fátima pasó un fenómeno que fue lo que nos hizo ir creciendo, “por publicidad de boca en boca” Para un Te canasta se llevaron todos los pasteles con betún alemán que teníamos en existencia, supongo que les gustaron por que a raíz de esa ocasión bastante gente regresó por más. La producción en casa no era suficiente y eso nos hizo mudarnos a una sucursal más grande ubicada en calle Libertad.
Chiquis Gutiérrez: Después de estar tres años en el local de Fátima en donde solo teníamos un pequeño mostrador, nuestra nueva ubicación era en calle Libertad, con un espacio más amplio, un horno más grande en donde metíamos ocho pasteles cada 45 minutos, a diferencia de nuestras casas en un horno común que metíamos solo dos, “ya era padrísimo”.
Chata Gutiérrez: La demanda seguía creciendo y empezamos a buscar locales para abrir más sucursales. No fue solo tener más locales, sino que también creció el departamento de logística, se adquirieron más vehículos y se contrataron más choferes. Con la aceptación que empezamos a tener, algunas personas se acercaron a nosotros con el interés de comercializar nuestros productos. Fue en ese momento cuando se implementó el sistema de franquicias Monchys.
INDIVIDUAL
Chiquis Gutiérrez:
Fuimos empresarias autodidactas, nos preparamos mucho, tomamos cursos y diplomados aquí en Durango y en otras ciudades del país. Además siempre buscamos el acompañamiento de asesores y consultores que nos ayudaron a saber cómo debían hacerse las cosas.
Los proyectos familiares funcionan de la misma manera que las grandes empresas.
Tengo muy presente que dijimos Chata y yo –Vamos a abrir una tiendita, pero se va a abrir como si fuera un gran negocio, de nueve de la mañana a nueve de la noche, de domingo a domingo- En ocasiones tuvimos tiempos pesados en donde no queríamos abrir el local, pero jamás cerramos a ninguna hora del día.
Ha sido hermoso. A mí me encantan las ventas, la capacitación con las vendedoras, el desarrollo humano y que la gente se sienta feliz trabajando en Monchys.
Chata Gutiérrez:
El equipo de trabajo es muy importante y con muchas satisfacciones las dos coincidimos que todo el personal que labora en las tiendas ha sido de gran ayuda, nuestro lema es, “Con el simple hecho de capacitar y desarrollar a nuestra gente estamos haciendo patria”
Como prioridad hemos tenido pagar sueldos de manera puntual, después todos los gastos de operación y finalmente la reinversión. Además se ha invertido en el desarrollo humano, en la educación, en sueldos dignos y prestaciones por encima de la ley.
El éxito de Monchys estoy convencida que es el sabor y la calidad de sus productos, pero definitivamente hemos sido privilegiadas con todo lo que recibimos de nuestras familias, y el compartir esta riqueza con la que hemos ido caminando en la vida, que son los valores como la justicia, honestidad, confianza y respeto inculcados de generación en generación.
Por otra parte la manera de educar a nuestros hijos, mismos valores en casa, mismos valores en la empresa, lo demás vendrá por añadidura. A la fecha ya estamos retiradas del negocio, y Salvador y Eduardo están al frente.
Eduardo Ávalos:
Monchys ha sido un elemento fundamental en la vida de todas nuestras familias. Desde siempre hemos desayunado, comido y cenado con temas del negocio pero siempre separando la parte profesional de las opiniones o criterios personales. Es difícil, pero es como las cosas funcionan, eso me ha permitido trabajar con mi hermano y con grandes amigos.
Entré a trabajar formalmente a Monchys hace veintidós años, dure diez de estos aprendiendo a conciencia y humildad de no saber del todo. Después me involucre otro periodo dentro del área de desarrollo de franquicias, un tema que verdaderamente me apasiona.
No es posible hacer una sucesión jerárquica de la noche a la mañana. Comencé en la Dirección hace doce años, respetando reglas, posiciones grandes, propuestas e inquietudes de los trabajadores. Siempre he tenido claros los principios de esta empresa, cualquiera que sea la situación no son negociables, ni tema de discordia, son universales. La dignidad humana, el respeto, el trato, ningún trabajador pasa por Monchys por casualidad, Monchys les ha dejado y les seguirá dejando una herencia importante en su vida.
La responsabilidad consiste en lograr que el equipo tenga la capacidad y la creatividad para resolver o encontrar posibles soluciones, toda esta suma de esfuerzo hace que Monchys salga al mercado con una propuesta, porque ahora se compite con propuestas, no con producto. La propuesta va de la mano con una experiencia, y hemos coleccionado gratos momentos a lo largo de estos treinta años.
Me llena de satisfacción y le da más sentido a lo que hago, el ver que los recursos obtenidos al vender pasteles, sirve para el crecimiento de nuestra gente y la alegría de nuestros clientes.
Salvador Ávalos:
Yo me encargo de la imagen de las tiendas. Monchys es una empresa viva y la vida no se la dan solamente las paredes, mesas, vidrios, ni los pasteles. La vida a Monchys se la da la creatividad de las personas.
Todo el personal y el equipo compartimos los mismos valores y creencias para poder sostener el crecimiento de Monchys. "Formamos parte del festejo del cliente, a través de una experiencia integral de compra".
Bajo estas premisas hace un par de años creamos "La Universidad Monchys", esta surge de la necesidad de reforzar los puestos, para poder ofrecer a la gente una experiencia, no solo un producto. Y para esto necesitábamos capacitación, los trabajadores tenían que entender que no son vendedores, ¡son anfitriones! En donde están esperando a que venga la persona que planea su festejo desde hace tiempo, y que lo único que hacemos es sumarnos a ese evento del cliente con un delicioso pastel Monchys.
Así es como llevamos el método de enseñanza y aprendizaje constante para poder ofrecer a nuestros clientes lo que se merecen.